Empezó en la música como instrumentista, luego estudió la carrera de composición en el conservatorio de Vigo, España y después optó por abrirse otros caminos estudiando Ingeniería Electrónica. Actualmente reside en Helsinki investigando la intersección entre sonidos y minerales. En este artículo te contamos un poco más sobre Mateo Mena, artista sonoro y creador de instrumentos musicales electrónicos.
“Después de haber hecho la carrera de composición en el conservatorio empecé a estudiar algunas otras cosas que me interesaban desde pequeño, adentrándome en el campo de la ciencia, la electricidad, la química… y ahí empecé la carrera de Ingeniería Electrónica. Luego, hice otras cosas más relacionadas con la música; también estudié orfebrería. Creo que lo que hay en común entre todas esas cosas es intentar comprender cómo funcionan los materiales y cómo esos materiales pueden utilizarse para generar vibraciones que nosotros percibimos como sonidos.
Todas estas cosas siempre me han acompañado, no considero que sean temas separados. Como ahora no me estoy dedicando totalmente a la composición ni totalmente a la electrónica, puedo combinar todo y trabajar en la intersección entre ciencia y artesanía, que es lo que estoy haciendo ahora.”
¿En qué área estás trabajando actualmente?
Ahora mismo estoy estudiando en un instituto llamado Microtonal Music Studios en Helsinki, en un proyecto que intenta buscar la relación entre los diferentes sistemas de afinación que ha habido en distintas culturas y cómo nosotros nos hemos ido a un sistema temperado, cuando realmente no es el mejor de todos. Es simplemente un sistema más, en el que están afinados los pianos, las guitarras de hoy en día, pero hay cosas que estamos dejando de lado por utilizar ese sistema. Es como si pudiéramos ver toda la paleta de colores y de repente la redujeramos a los más básicos, veríamos todo super pixelado o habría un montón de matices que nos perderíamos. En cambio, en la música microtonal puedes usar frecuencias que normalmente no utilizamos. Más concretamente en lo que estoy ahora es indagando cómo utilizar determinados minerales, sales y otros compuestos químicos que están presentes en la naturaleza para generar oscilaciones eléctricas.
¿Por qué elegiste Helsinki como lugar de exploración?
Cuando vivía en España tenía interés en determinados países. Por ejemplo, me interesaba Japón o Finlandia. Siempre se habla muy bien del sistema de educación o de la calidad de vida en esos lugares y me interesaba conocerlos un poco más. También por sus perspectivas culturales, por cómo existe un contacto con la naturaleza, no tanto desde la perspectiva que veo en mi región natal, que es que la naturaleza está al servicio de nosotros. Aquí, por lo que entiendo, es un poco más intentar coexistir con lo que ya estaba antes que nosotros. Estoy aquí porque me interesa trabajar con los materiales autóctonos. Elegí determinados minerales que sé que existen en esta región.
Comprender y amar
“Los instrumentos electrónicos son los últimos que existieron dentro de toda la gama de instrumentos. Se considera que los de percusión fueron los primeros, después los de viento, los de cuerda, aunque no se sabe muy bien. Hasta hace 120 años que se utilizó la electricidad para generar un sonido, es curioso, porque había compositores antes que utilizaban materiales naturales como la madera, pero hoy lo que vemos en los instrumentos electrónicos es que prácticamente todo es plástico. Para mi eso es una gran desventaja.
Pensándolo más globalmente, creo que hay una desvinculación con la naturaleza y eso nos genera muchos problemas. Entonces, por eso intento trabajar con elementos de la naturaleza y así crear esa reconexión. Ahora trabajo con madera, con rocas y minerales. La madera para mi tiene una propiedad genial. Mientras que cuando trabajas con arcilla o con metal, por ejemplo, más o menos sabes que siempre se va a comportar de la misma forma… con la madera es totalmente diferente, te obliga a estar atento, dentro del mismo tronco o tabla puede haber nudos en cualquier parte. Te obliga a comprenderla, y para mí, comprender el material es una parte de amarlo. Hay un filósofo japonés llamado Nishida Kitaro que hablaba de esto, decía que conocer y amar eran parte de la misma cosa, un proceso mental en el cual el sujeto se unía al objeto o a la otra persona y que básicamente era lo mismo. Por eso yo creo que los materiales son súper importantes, unirse a ellos cuando los estás trabajando.”
Ivpiter Fvlgvr
Medusa
¿Cómo se podría, desde tu trabajo, transmitir este mensaje de la necesidad de reconectar con la naturaleza?
Yo creo que lo bueno del arte es que tiene la potencialidad de resignificar o de cambiar la realidad y de inspirar a los demás. En principio veo mis proyectos como una exploración personal, pero siento que la gente, cuando presento algunas piezas, se interesa por esa conexión que hay entre el material y la naturaleza. Yo creo que mucha gente cree hoy en día que es necesario retomar esa conexión con la naturaleza, porque desde prácticamente la Revolución Industrial no hemos sabido crear lazos significativos que nos permitan establecer relaciones de respeto con nuestro ecosistema.
Creo que hoy cada vez hay más gente consciente de que tenemos que tomar un nuevo modo de vida, menos basado en llegar a un sitio y destruirlo todo y luego ir a otro y hacer lo mismo. Podemos crear sistemas que sean liberadores y que nos permitan establecer estas relaciones de respeto en cualquier parte de la Tierra. Creo que, en ese sentido, lo último que nos queda es el arte, para poder inspirar a los demás. Precisamente porque es una forma de resignificar la realidad. Cualquier cosa, un movimiento, un acto, puede convertirse en un símbolo para otro. Cuando hago un instrumento o un concierto o lo que sea, intento plantear estas cuestiones, pero obviamente no depende solamente de mí, sino también de la persona que lo está recibiendo.
¿Cómo se puede mantener un ciclo orgánico en la creación de un instrumento?
Hoy en día está todo preparado para que consumas, incluso dentro del campo del arte, que para mí debería ser lo más anticapitalista posible. Pero este sistema ya ha absorbido todo, parece que no tenemos forma de luchar contra él. Entonces, incluso cuando alguien quiere tener herramientas para luchar contra el sistema, muchas veces tiene que comprar esas herramientas o materiales. De todas formas, no hay que echar la culpa de todo al sistema, no por comprar las cosas hay que sentirse mal. Es difícil, pero mi idea es que en un futuro cercano, pueda producir todos los elementos que utilizo, o al menos controlar la mayor parte de las etapas de producción.
Ahora estoy diseñando un instrumento que funciona con magnetitas y que nos va a ayudar a visualizar el campo magnético que rodea determinados minerales y, a través de ese campo magnético, se van a realizar una serie de conexiones eléctricas, lo que afectará el sonido. Lo que pretendo es, ya que estoy en Finlandia, poder viajar hacia una zona que está en el norte del país a extraer determinadas rocas que se encuentran ahí, es decir, sacarlas de la naturaleza. Creo que eso te crea otra relación con el material.
Serinette
Liquen
No es lo mismo que si compras un teclado y haces música, que por supuesto es absolutamente válido y de hecho me parece muy bien. Pero creo que si tu controlas los diferentes procesos, de alguna forma te relacionas diferente con el material y eso es lo que a mi me interesa: entender los materiales, los procesos que hay detrás; eléctricos y magnéticos. En última instancia, tratar de reconciliar tecnología y nuestro ecosistema desde una perspectiva ética, a mi al menos, me parecería muy inspirador y muy poético. Si además eso va a hacer que la persona que esté del otro lado se replantee ciertas ideas, aún mejor.
Un instrumento musical me parece que es el objeto que más refleja cómo eres, porque es una herramienta que te va a ayudar a llegar a un sitio que solo estaba en tu imaginación. Es un reflejo tal cual de lo que anhelas, aunque sea una herramienta, no hay por qué hacerla de plástico, porque el propio instrumento tiene la capacidad de hablar por sí solo. También estudié orfebrería y me gustó porque es convertir el material en bruto para que sea algo significativo. No es solo lo que hagas con él, sino el proceso que tienes al hacerlo y el resultado final.
Conectar a través de la emoción
“Creo que algo muy bueno del arte, que no está presente en la ciencia… a ver, la ciencia está genial, pero desde mi punto de vista le falta un componente emocional. Creo que a través del arte se puede dar esa conexión emocional. Hace años que trabajo en educación haciendo talleres, estoy un poco al tanto de cómo poder entablar un buen ambiente dentro de un taller o cómo se puede llegar a los demás e intento incorporar esos aprendizajes. He investigado un poco sobre el tema de las inteligencias múltiples y cómo a la inteligencia cognitiva se llega a través de la inteligencia emocional.
Cuando pensamos en nuestro profesor o profesora favorita del colegio, o de alguna asignatura que no nos gustaba nada, pero teníamos una conexión emocional con esa persona, de repente nos parecía fascinante. Entonces creo que mucha gente no empatiza con la ciencia porque precisamente le falta esa emoción detrás. Si desde el arte podemos llegar y conectar con ciertas personas, es casi nuestra responsabilidad tratar de favorecer esas conexiones que puedan llevarnos a una sociedad un poco mejor.”
¿En qué otros proyectos estás pensando en el futuro?
Ahora estoy postulando a otra beca más extensa para estudiar la relación entre la alquimia y el arte sonoro. La idea sería entender determinados procesos que se daban en la alquimia, que me parece una protociencia súper importante. En esa práctica había un respeto por los materiales, porque una de las ideas de los alquimistas era devolver un trocito de tierra normal a su estado primigenio del edén. Existía un respeto por el entorno, un intento por comprender la naturaleza y no aprovecharse de ella, como vemos hoy en día.
¿Cómo podría ser la conexión entre la alquimia y el arte sonoro, dónde se genera ese lazo?
Nosotros percibimos una fracción super pequeña de la realidad, cuando vemos algo a través de nuestros ojos, sólo vemos unas determinadas frecuencias, que son la luz visible. Pero, por ejemplo, las ondas de radio o las microondas, no las vemos. Si lo hiciéramos nos volveríamos locos de toda la información que estamos recibiendo. Tiene que ver con la vibración, quiero intentar utilizar el sonido de otra forma. Me gustaría trabajarlo como si fuera una materia plástica, como algo que se va destilando, licuando, y se convierte en otra cosa. Esto es un poco lo que hacían los alquimistas en el Opus Magnum, que se trataba finalmente de convertir una materia en otra.
Entonces, mi idea para trabajar en esa pieza de alquimia sería construir una serie de retortas de vidrio y, a través de determinados procesos, ir añadiendo compuestos químicos para conformar el sonido. No sería a través de micrófonos, sino a través de materiales que metes dentro, que son cristales piezoeléctricos. Imagínate una olla, le vas echando cosas y esas cosas convierten el sonido en algo más denso, o le agregan una textura, lo convierten en algo viscoso. Es una materia plástica que va viajando por los alambiques. Es como si básicamente a través de la química se pudiera afectar el sonido, es algo que sé que va a ser difícil de hacer, pero me apetece un montón. Todo esto me parece muy sugerente, el trabajar el sonido desde otra perspectiva, también involucrando otros sentidos.
Insect apocalypse
¿Por qué te interesaste en la alquimia en particular?
La alquimia me parece fascinante, hubo una época en la edad media en la que había miles de tratados de alquimia, hoy día no quedan tantos, la gente se fue desencantando al ver que muchas de esas cosas eran imposibles de conseguir. Actualmente usamos la palabra panacea, que es como el remedio o medicina que curaba todos los males.
Había ciertos procesos que le interesaban a los alquimistas, uno de esos era justamente conseguir la panacea, otro era conseguir la piedra filosofal, etc. Es todo muy loco cuando lo ves desde la perspectiva del siglo XXI, pero en esa época tan oscura tiene sentido y es coherente. Había diferentes ideas en las cuales podías trabajar, muchas veces un alquimista trabajaba durante media vida en conseguir algo y solo lograba tener su diario, que era muy sagrado, con cosas super crípticas para que nadie le robara los secretos. Entonces como es tan extraño, me parece muy sugerente combinarlo con el sonido.
La experiencia del sonido
“La música me parece que es un concepto complicado. Se dice que es cualquier sonido que está organizado en el tiempo, pero puede ser muchas cosas. Desde la perspectiva en que estoy ahora no me interesa tanto trabajar con la idea de música, con todas las connotaciones que tiene esa palabra, sino más con el sonido como una experiencia multisensorial. La idea es que el sonido no sea lo principal, sino que esté ahí, pero que visual y olfativamente también estén pasando otras cosas. Que sea como un acto performativo, donde se mezclan electricidad, el sonido, el espacio… creo que eso tiene más capacidad de llegar al espectador.
En música es muy complicado que algo te sorprenda. Tampoco digo que ese sea su objetivo, pero cuando voy a un concierto, lo que quiero es ver algo que sea significativo y creo que de alguna forma si combinas distintas perspectivas puedes conectar con el público. Para mi eso es muy importante, cuando estás investigando algo lo haces por ti, pero también porque quieres que los demás vean las cosas desde tu punto de vista o al menos quieres llegar a ellos de alguna forma.”
Ivpiter Fvlgvr
Conectando con el cosmos
“Estoy trabajando en un proyecto de radioastronomía, que también es algo que me interesa mucho, un instrumento llamado Ivpiter Fvlgvr, que en lugar de tener cuerdas, membranas, o tubos, la materia que utilizas son tormentas electromagnéticas que llegan a la Tierra desde el planeta Júpiter. A través de una antena de radioastronomía, de alguna forma hace audible estas frecuencias inaudibles. Esas tormentas no las podemos escuchar si no es por esas antenas, y eso nos puede ayudar a retomar y repensar cuál es nuestra posición en el cosmos y asimismo volver a esa conexión con la naturaleza. Si no conocemos las cosas no tenemos cómo valorarlas.
Vemos tan poco de la naturaleza, que ver más nos puede ayudar a entender más. Este instrumento va a ser el primero de una serie que trabaja con radiaciones que provengan de otras partes del sistema solar. Ya había trabajado con unos sonidos que se llaman Sferics, que provienen de descargas eléctricas de nuestro planeta Tierra. Intenté llevarlo un poco más lejos con este instrumento y esa es otra línea que me apetece investigar.”