Roberto Marconi creó un grupo en Facebook para encontrar otros fanáticos como él al mundo de los primeros teclados y abrió un panorama inesperado de conocimientos, recomendaciones y conexiones entre músicos y aficionados. Lo que comenzó como una inquietud virtual se transformó en un espacio entre amigos que anualmente se juntan a tocar, conversar y mostrar sus teclados y sintetizadores. Hoy son más de siete mil los que siguen el grupo y más de 50 los que asisten a los encuentros, que esperan reanudarse después de la pandemia.
“Como es muy sabido, Facebook es mucho más que una red social para conectarse entre amigos. Parte fundamental de Facebook son los ‘grupos’ que se crean con intereses comunes para reunir personas no necesariamente conocidas. Es sorprendente cómo una afición, que en principio podría pensarse que representa un nicho muy pequeño, logra congregar y sumar cantidades enormes de adeptos. Así, cuando creé el grupo Teclados Vintage en diciembre de 2014, nunca pensé que podría convertirse en un grupo tan grande y llegar a ser un punto de encuentro importante de los tecladistas chilenos e hispanohablantes del mundo.
Mi interés por los teclados comenzó cuando a principios de los 90, a mis 15 años de edad, un compañero de curso me mostró una música que impactó mi sensibilidad adolescente: Cuadros de una exposición (los cassettes de la época ponían los títulos en castellano) de Emerson, Lake and Palmer y Oxígeno de Jean-Michel JarreDesde ese momento me obsesioné con esos sonidos, que después me enteré que eran órganos y sintetizadores de los años 70. Los teclados digitales disponibles en el comercio, que se usaban en la música popular de esa época, no me gustaban. Siempre me gustaron solo los teclados antiguos. Y no era nostalgia, porque son instrumentos y sonidos anteriores a mi nacimiento. Pero ahí comencé con la afición de encontrar y adquirir teclados viejos y tocar eternas improvisaciones de rock progresivo (o inclasificable) con mis amigos.
Tiempo después, cuando en 2012 me hice mi cuenta de Facebook, descubrí mucha gente interesada igual que yo por los teclados. Pero en esos años lo que más veía en los posteos eran conversaciones sobre software, controladores midi, vst y teclados plásticos nuevecitos, que no eran precisamente de mi gusto (nunca usé midi). Entonces decidí formar un grupo que se orientara únicamente a los teclados viejos. La palabra que elegí fue “Vintage”, concepto tal vez no muy claro, pero resumía lo que yo buscaba. No calzaba la palabra “viejo”, ni “antiguo”, ni tampoco “analógico” –un nombre apropiado hubiera sido “teclados de los 60s, 70s y 80s”, pero era demasiado largo. En cambio la palabra Vintage tiene una connotación de cariño por aquellas cosas que, aunque ya tienen sus años, aún no son realmente “antigüedades” sino que tienen vida útil: mi interés por los teclados vintage siempre ha sido principalmente por los sonidos que se pueden generar con ellos y no los veo con afán de coleccionista de museo casero.
El grupo creció rápidamente desde sus inicios, con integrantes no solo de Chile, sino de Argentina, Venezuela, España, etc. Algo que animó mucho la participación fue los especiales temáticos por semana, por ejemplo la semana del Hammond o la semana de Rhodes, en las que, además de postear ejemplos clásicos del uso de estos teclados, subíamos nuestros propios videos cuando encontrábamos un ejemplar asequible y lo hacíamos sonar. También hicimos concursos de música hecha con teclados Vintage, con buenos premios, y surgieron las Juntas de Teclados Vintage.
Pienso que lo más valioso del grupo son sus integrantes. Día a día, tecladistas (amateurs, profesionales y toda la gama intermedia) o simplemente amantes de la música hecha con teclados, postean fotos, videos, reportajes, preguntas, artículos en venta, improvisaciones o composiciones hechas por los mismos integrantes que se animan a compartirlas. Famosos tecladistas como los chilenos Cuti Aste , Eduardo Parra , el argentino Ernesto Romeo , entre otros, comparten sus opiniones y consejos con los demás. Otros como Guillermo Morán y Ricardo Riadi participan junto a mí como equipo administrador y moderador. Un integrante muy activo y colaborador desde un inicio ha sido el importante ingeniero en sonido Francisco Straub (famoso por haber trabajado con Los Prisioneros). Él ha sido justamente quien ha estado detrás de la producción de las juntas anuales de Teclados Vintage. Con todo el corazón y entusiasmo, fue Pancho Straub quien logró que el grupo pasara de ser un montón de perfiles desconocidos de Facebook a un grupo de amigos que se reúnen cara a cara.
La primera junta fue en enero del 2017, la segunda en abril del mismo año, la tercera el 2018, la cuarta el 2019 y este año 2020 en abril íbamos a hacer la quinta versión, que tuvo que ser suspendida hasta nuevo aviso. En estas juntas, a las que han llegado hasta 50 personas, se come, se bebe, se conversa, se toca en vivo, y muchos de los integrantes llevan sus joyitas con teclas y perillas. Todas han sido en el patio del estudio de Pancho, con un despliegue de escenario, sonido y luces de alto nivel. Esto ha sido una pieza clave del éxito del grupo Teclados Vintage, porque se ha establecido más allá de lo virtual y han nacido múltiples colaboraciones surgidas de la amistad real.
Durante el tiempo de vida del grupo hemos visto un resurgir de los sintetizadores analógicos de distintas marcas, y cada vez hay más clones en formato económico. Esto ha sido tema de debate dentro del grupo, porque algunos están felices con los nuevos productos y otros más puristas alegan que no se acercan lo suficiente a los originales. Pero lo cierto es que la tecnología analógica está de vuelta –similar al retorno de los discos de vinilo– y hay cada día más adeptos a su sonido.
Por estos días, en que las reuniones presenciales están restringidas por la pandemia, han resurgido las semanas temáticas con mucha vitalidad. La semana del minisinte, la semana del pedal de efecto, la semana de los covers… Según el tema que va saliendo, los integrantes graban sus propios ejemplos musicales desde sus casas y así se aprovecha el tiempo extra.
Quizás no es fácil de entender desde afuera porqué los teclados provocan tanta fascinación y reúnen a más de siete mil integrantes en un grupo. De hecho, en el mundo de la música popular, la figura del tecladista nunca ha sido la más numerosa y reconocida. Pero justamente, el hecho de tener en común el amor por un tipo de instrumento especial y no ser tan numerosos como por ejemplo los guitarristas o bajistas, nos une mucho. Y aún más importante que eso es la calidad humana y la amistad entre sus miembros. Cumpliremos seis años en noviembre y nos hemos convertido en un referente nacional e internacional. ¿Y si se acaba Facebook? ¡De alguna manera se mantendrá el grupo!”.