En la música electrónica, el ritmo está dado por distintos elementos que se integran a la composición, como pueden ser múltiples instrumentos grabados y modificados con un sampler, controladores MIDI, o agregados directamente a través de una caja de ritmos, entre otras posibilidades. Con la integración del folklore en la electrónica y en ciertos estilos de este género musical, la percusión ha encontrado su lugar en la escena, sobre todo en ciertos círculos donde la música se utiliza como un medio para rituales y celebraciones, como sesiones de baile extático.
Resulta muy interesante la transversalidad de la percusión como un instrumento profundamente ligado a la espiritualidad y religiosidad, elemento que sigue vivo a través de los años y del que aquí te contamos un poco más.
Se dice que la percusión es de los instrumentos más antiguos – si no el más antiguo – , habiéndose encontrado evidencia de piedras y trozos de madera prehistóricos que se cree, fueron utilizados con este fin. A lo largo de la historia y a través de los distintos continentes y civilizaciones, las percusiones y la danza se han utilizado en rituales con el objetivo de imitar a la naturaleza y así conectar con ella, para recibir guía y entender los misterios de la vida.
Cuando el antropólogo Wolfgang Jilek investigaba las frecuencias de las danzas rituales de la cultura de los Salish, descubrió que la frecuencia predominante en el ritmo de sus tambores coincidía con las ondas tetha del cerebro humano, lo que impulsó su hipótesis de que esta frecuencia sería la más eficaz forma de entrar en estados alterados de conciencia. Son muchas las civilizaciones antiguas que contaban con tambores sagrados que permiten abrir la comunicación con los espíritus y ayudar a entrar en un estado de trance. Por eso, muchos americanos nativos han llamado el sonido del tambor como “latido de la tierra”.
En muchas culturas, la percusión tenía un significado simbólico asociado a rituales, como en el caso de la tradición Zinacanteca, en la que la percusión tenía un rol en las transiciones de la vida social, transmisión de mensajes importantes, señalización del paso del tiempo solar y otros elementos del mundo natural . Algo similar ocurre con los Tambores Batá (de la lengua Yoruga – Nigeriana Tambor), que establecen un vínculo entre el ser humano y sus deidades. Podemos ver otro ejemplo en la cultura japonesa, en la que se toca el Taiko, instrumento sagrado que se traduce literalmente como gran tambor. En el caso del pueblo Sami, que habita las regiones circumpolares del norte de Europa y Asia, los chamanes usan el sonido repetitivo y monótono del tambor para entrar en estados de trance y comunicarse con los espíritus.
En la cultura Mapuche, viva en Chile, el nombre del tambor ritual es el kultrún, y es el instrumento más importante de su cultura, usado por las machis con fines sagrados de conexión con sus deidades.
En el caso de la tradición de la antigua Atenas, se ha podido descubrir a través de arte de la época, el uso de percusiones en rituales religiosos y festivales de carácter espiritual como los que se realizaban en honor a Afrodita y Dionisio. Se ha estudiado que el propósito del uso de estos instrumentos apuntaba principalmente para agradar a las deidades y así invocar su bondad y ayuda. También hay evidencia que apunta a que los instrumentos de percusión se usaban para el disfrute personal de los participantes de dichos rituales y festivales, para acompañar danzas en honor a la fertilidad, matrimonio, naturaleza y para festejar el ciclo de la vida y de la naturaleza.
Un aspecto muy interesante de esta cultura en particular, es que este tipo de ceremonias y rituales eran una oportunidad para que las mujeres participaran de la vida religiosa de la ciudad, saliendo de su entorno más privado y disfrutar, siendo parte de un evento y festín colectivo. No obstante, las mujeres también solían celebrar festividades privadas, dentro de sus hogares, con percusiones y música, dado que en la época y cultura se consideraba que sus bailes podían provocar a los ciudadanos masculinos.
A diferencia del caso de Atenas, de acuerdo con estudios de diferentes culturas, las percusiones y la danza en las civilizaciones antiguas solían reservarse exclusivamente a mujeres sacerdotisas que a través de estos elementos invocaban la divina energía femenina para transmitirla a la comunidad.
Además de su dimensión ritual y ancestral, se ha estudiado el efecto de las percusiones en el organismo y estado emocional, abriéndose otra línea interesante de análisis que plantea que las percusiones, dependiendo del instrumento y ritmo, pueden tener un efecto sanador, ayudándonos a entrar en estados de consciencia plena.
Si tomamos toda esta información y la aplicamos a un estilo musical como la electrónica, que se caracteriza por la reproducción de sonidos repetitivos y que muchas veces buscan generar un impacto emocional en la audiencia, resulta sumamente interesante cómo artistas y productores han sido capaces de reproducir sonidos de instrumentos con tanta historia, de forma electrónica.
Es sumamente importante reflexionar en torno al uso de sonidos sagrados como la percusión, en música recreativa o fuera del contexto para el cual estos sonidos fueron creados. Hoy en día cada vez existe más conciencia acerca del respeto y la apropiación cultural, a la vez que la globalización y las redes sociales nos permiten acceder a infinita información muchas veces sin todo el contexto que necesitamos para comprenderla. Sin duda esto deja mucho campo aún por explorar y avanzar.